Explicación de la metáfora: El mar
Una de las cosas que más genera cierta sensibilidad en el oyente e intérprete es lo que yo denomino "el mar". Claro que esto es un simbolismo para representar lo que se siente a nivel musical. Nosotros podemos observar en el mar que existen lugares más calmos, lugares agitados, olas que constantemente están “grabando” su huella en la arena y una libertad infinita en el espacio tiempo, podríamos escuchar el mar durante años sin embargo siempre nos va a parecer distinto ¿Por qué sucede esto?
Sucede mediante la variabilidad, en la música se puede encontrar variabilidad en el sonido mediante notas, pueden ser notas de relleno o notas clave que constituyan una “huella” en el oyente, que luego de cierto tiempo cuando ya se la haya olvidado se le vuelva a recordar. Pueden ser notas agradables o notas desagradables, consonantes o disonantes, el mar posee toda clase de especímenes. Hay mares revueltos como dijimos al igual que “La tempestad” de Beethoven o mares calmos como el clásico denominado sonido “ambient”, es decir música ambiental. Hay melodías que adquieren cierta pregnancia mientras se improvisa las cuales debemos tratar de recordar y melodías que no la poseen. Existen en el mar diversos volúmenes también, esto también se puede aplicar a la música, así como más olas (notas, acordes etc.) por segundo y su opuesto.
La importancia radica en no alterar el discurso, por un lado, debe poseer la unión entre diversos motivos, frases, semi frases, y contrastes u opuestos, sin perder la continuidad y unión que el mar genera. Nosotros en el mar no podemos distinguir las gotas individualizadas a simple vista sin embargo entendemos su concepción y sentimos lo que nos genera, lo mismo se podrá aplicar a la música.
También se debe tener cuidado de no caer en una continua estética ya sea relajación o hasta inclusive violencia musical, ambas por si mismas no poseen ningún grado de “maldad”, sin embargo, muchas veces sucede que por cuidar tanto la continuidad el intérprete se queda sin recursos y entra solamente en el terreno conocido o más fácil.
No está mal generar oposiciones, hasta inclusive se puede tener en cuenta que, si se precede de un sonido calmo u hasta apagado, el sonido estridente generara un sobresalto en el oyente inclusive generando una mayor repercusión que si se da un aumento progresivo, ambos caminos no son opuestos simplemente entre sí, sino que desde mi perspectiva constituyen un todo en el cual se puede enriquecer la experiencia.
Frente a toda esta narrativa el lector ya habrá descubierto el gran poder que posee el ejecutante y el gran poder que posee el oyente, inclusive el ambiente donde se ejecuta, se encuentra dentro de él, de qué forma lo utilizará provechosamente.