El todo mediante diversas melodías semi-principales
Como observamos en el capítulo anterior, el todo se encuentra conformado por cada una de sus partes, cumpliendo estas, un papel fundamental y una función específica en lo que se desea transmitir.
Cada una de las melodías que conforman la armonía cumplen una función, ya sea de ampliar el campo armónico, mantenerlo, o inclusive fluctuarlo incluyendo modulación de una tonalidad a la siguiente, cromatismos, etc.
En base a lo ya leído, se entiende lo siguiente:
La aplicación de cromatismos de forma abrupta generara cierto tipo de sensación de "falta de comodidad" en el oyente, condicionado por el medio sociocultural. Contrario a esto, las representaciones que se generan al preparar un cambio melodico-armonico, constituyen un todo, mucho más amplio de lo que se espera en un comienzo, simplemente utilizando una sola tonalidad. Con esto no quiere decir que debamos utilizar modulaciones constantes ni melodías que constantemente se encuentren fluctuando (de hecho, puede estar toda la obra en una misma tonalidad), sin embargo, a lo largo del repertorio es aconsejable, si no se utilizó en la obra, ir fluctuando. Este cambio, en todos los puntos anteriormente tratados, generara una sensación de satisfacción mayor que el miedo a no cambiar, después de todo es bastante común escuchar "en esa banda, suenan todos los temas igual".
Las melodías semi principales, cumplen una función fundamental, de hecho, suele suceder, que, sin estas, no se logra destacar lo suficiente, o no se le añade un "plus " a la melodía principal. Una depende de la otra, así como la melodía principal del campo armónico.
Estas melodías pueden ser destacadas mediante instrumentos que acompañen y refuercen la melodía mas pregnante, o pueden ser simplemente enriquecedoras de la obra a nivel instrumental. ¿Cómo se logra esto?
Son innumerables las posibilidades, lo más común suele ser utilizar intervalos de terceras, o sextas, para así agregar un "color" más profundo y generar cierta sensación en el oyente-espectador.
Cuando me refiero a oyente-espectador, me refiero a la persona que participara de la experiencia, incluyendo también al interprete, el termino espectador es no solo aplicado en forma visual, es decir, la persona que se forma una imagen visual interna de lo que puede apreciar musicalmente, sino en forma de persona que espera que se le genere y se cumpla un deseo, un sinfín de sensaciones que van a transmitirse.
Suele utilizarse la simultaneidad de instrumentos para ejecutar estas melodías semi principales, en ciertas obras esta función la cumplen los instrumentos de viento, en otras los instrumentos de cuerdas, (sin contar al violín principal) e inclusive se podría ver a un todo lleno de melodías. Esto es muy fácil de tomar en cuenta cuando en los primeros años de composición se comienzan a realizar los tan famosos "corales" u armonizaciones.
La voz más aguda, o con mayor pregnancia generalmente (obviamente) es la que sobresale en el oyente y toma como un papel al cual se debe referir al identificar cierta obra, sin embargo, no es consciente de toda la armonía (excepto que conozca de música o posea un criterio más amplio). Por eso, se suele ejecutar la melodía en un instrumento de destaque, ya sea la voz, o una guitarra, o la parte aguda de un piano, y las melodías semi principales en forma que no apaguen o diluyan esta voz. Sin embargo, hay autores que han realizado obras donde todas las melodías son principales, esta técnica también es muy buena, siempre que se tenga en cuenta que es lo que se quiere transmitir.
No siempre, habrá una melodía principal, si deseamos dar fluctuaciones en la obra y "un todo", compuesto de partes diferentes, es importante tener en cuenta que esta melodía puede aparecer simplemente como algo preciado por el espectador cumpliendo una función específica. Las melodías semi principales sin embargo, podrán ir aplacando esa sensación de ansiedad en la persona participe de la experiencia e ir "distrayéndolo" hasta que finalmente vuelva a aparecer la melodía principal, y genere una satisfacción aun mayor, ya que se incrementa ese deseo, hasta inclusive, olvidarse que se tenía, pero cuando resurge genera una sensación realmente asombrosa.