Cambios de velocidad, la asociación de la velocidad con la destreza
En un comienzo se suele entender el aumento de velocidad como mayor destreza en el ejecutante, esto está bien solamente en un comienzo. A medida que la persona vaya adentrándose en la música, simplemente dejara de serlo, y pasara a ser un simbolismo, u herramienta más, frente a un todo completo en sí mismo.
Es cierto que a lo largo de la historia musical se fue entendiendo de esta forma, ya que quien no domina el instrumento no puede realizar notas rápidas, sin embargo, existen obras muy muy complejas que no las poseen. Es solo un primer paisaje el cual finalmente se disuelve en un todo, o “el mar”.
Nadie diría que el mar es más virtuoso por realizar mayor velocidad en sus olas, de hecho, muchas veces sucede lo contrario, si es de forma “desordenada”, “poco prolija” y demás, puede causar hasta tsunamis, y a nadie le gustan los tsunamis, sobretodo porque dejan una sensación de falta de orden, además de víctimas.
Esta falta de orden suele suceder cuando se busca la velocidad en si misma sin poseer la técnica necesaria. También nos encontramos con autores, que justamente, conocían esto, y lo utilizaban de forma provechosa. Estos autores realizaban obras sumamente complejas, hasta el punto de ser imposibles de realizar, y no estoy hablando de Paganini, estoy refiriéndome a una gama más amplia. Existe una anécdota que le preguntaron a un compositor porque realizo esa obra imposible de tocar, y el respondió que era para que el intérprete, al esforzarse por realizarla, se tensione, y generalmente cuando interpretaban sus obras faltaba tensión como el esperaba, por lo que decidió tomar esta medida, que por más que no se logren tocar todas las notas, el ejecutante tendrá tal nerviosismo, que esto se transmitirá en la música, logrando así, su cometido.