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22. Crisis musicales, el artista


Crisis musicales, el artista

 

El artista, va desarrollando diversas crisis a lo largo de los años. La primera crisis comienza cuando se escucha una música y esta genera placer, o intriga y se comenzara a tratar de obtener este placer, hasta el punto que no alcance con una cuestión puramente auditiva, sino una necesidad de interpretar este rol. Luego se producirá un acercamiento musical, papel que muchas veces cumplen las instituciones formales, por ejemplo, los colegios de educación básica, jardín etc. donde generalmente se hace partícipe a la persona de la música. Finalmente, esto queda grabado en el inconsciente como unos de los primeros acercamientos musicales. En mi caso, de pequeño ya poseía un pianito, una batería, un órgano y micrófono. Uno no se da cuenta realmente la influencia que posee en los demás como artista, ya solamente con una vez que la persona, o personita, vea ejecutar un instrumento, puede servir de inspiración para toda una vida desarrollada a nivel musical.

Luego del simple juego musical, y el hacer “todo lo que uno quiere” con el instrumento, comienza a darse cuenta que posee ciertas limitaciones. Aquí, es cuando entra el rol formal del educador musical. Suponiendo que todo esto marcha de maravillas, la persona ya habrá encontrado una guía que le comience a satisfacer su necesidad de acercamiento musical.

Sin embargo, una nueva crisis se plantea a la hora de comenzar a realizar un estudio formal y pautado en el instrumento, la persona se encuentra muy acostumbrada a improvisar en su instrumento y todo tipo de instrucción resulta, en cierto punto, desgastante. De esto soy totalmente consciente, y así como me sucedió a mi le suele suceder a mis alumnos. Este desgaste, sin embargo, puede ser aminorado acorde al educador musical, la didáctica que aplique y su forma de enseñanza.

Lo cierto es que la siguiente crisis es cuando sucede como una especie de esfera de cristal o cascaron que se rompe, en este momento el artista ya debe comenzar a estudiar durante cierta cantidad de tiempo, de cierto modo, y con diversas aplicaciones, sean cuales fueren.

Generalmente la próxima crisis surge cuando ya se sacia todo lo que se esperaba en un comienzo, ya puede ejecutar las canciones que le gusten, inclusive quizás hasta componer. El punto y la pregunta que generalmente surge es, ¿Para qué más?

La verdad que todavía estoy tratando de dilucidar ese ¿Para qué más?, sin embargo, la música es un proceso que a medida que uno se va adentrando, así como en el mar, más amplio se torna, cuanto más uno sabe más se da cuenta de toda la infinidad de formas que existen en la música, y realmente a veces genera pánico, otras veces estimulo. Aquí es donde debe entrar el rol del educador musical para guiar a la persona, cual barco en el mar.

Se suele comprender el rol del educador musical en un comienzo como el papel de algo necesario, ya sea físicamente o mediante un libro, en un sentido de medio por el cual nos guía hacia establecer un fin. Por otra parte, automáticamente al haber una concesión del poder, del poder de algo que la otra persona tiene y uno no, esa especie de "encontrarse uno, o varios escalones más arriba que uno". Esto genera en un comienzo, una especie de envidia sana, admiración, o inclusive sensación de seguridad mediante la guía que nos proporciona. Contrariamente a esto a medida que se va profundizando se empieza a entender el papel de una persona a la cual tenemos que "rendir " cierto trabajo, obra u demás, por lo cual surge una asociación constante con el trabajo o con otra clase de educación formal, la cual hemos recibido a lo largo de nuestra historia. Una nueva postura surge, cuando al madurar este aspecto se comienza a ver al educador musical como una persona, en vez de objeto para obtención de "algo" y como una "brújula”, compañía y ayuda, en vez de una especie de "villano". Esto lleva su tiempo, sin embargo, obviamente sin aceptar ninguna clase de maltrato del educador musical, y recalco esto porque he sufrido a lo largo de mi historia de varios, existen buenos educadores musicales, que, sin pintar solamente un mundo de fantasía carente de conocimiento, educan en forma correcta, con herramientas que permitan ser independiente al alumno mejorando su forma de expresarse, en definitiva, como núcleo, para esto sirve la técnica.

Finalmente, luego de todas estas crisis, se llega a un punto estable, donde no se cuestiona el ¿Para qué? Sino, el ¿Porque no disfrutar?

Cuando se comprende que la técnica es necesaria, la creatividad es necesaria, ya sea en improvisación, composición, etc. deja de haber ciertos interrogantes para pasar a ser simplemente una sensación de satisfacción constante. Un acercamiento hacia uno mismo.



 

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