Voces sobresalientes
En la música generalmente concebida, existen lo que yo llamo, voces sobresalientes, pueden ser una melodía principal, o simplemente ciertas notas de destaque en diversos instrumentos. En la mayoría de la música globalizada, el instrumento sobresaliente es la voz, ya que transmite un mensaje, una ideología, ya sea el amor, el sexo, la desdicha, etc. También, existe música instrumental, o instrumental-vocal que no las posee, sin embargo, se obtienen ciertas notas de destaque conformándose una especie de acentuación rítmico auditiva. Con el proceso de ciertos patrones, el mismo cerebro, por su capacidad cognitiva, va almacenando información y “agrupándola” en forma de algún sistema semi-conocido. Tal es así que es muy común repetir una melodía durante cierta cantidad de veces, y que quede “sonando” dentro nuestro.
Es importante, en cierto punto, la pregnancia de cierta nota, destaque melódico, o “algo” que haga sentir al oyente “tranquilo”, algo con lo que lo pueda asociar.
Previo a lo explicado anteriormente existen diversos acercamientos, hacia una melodía pregnante y yuxtaposiciones con “melodías de relleno”.
Es casi fundamental, el hecho de un patrón rítmico o melódico, que se grabe en la persona. Esto es bien conocido en la música oriental, tanto como en la occidental.
Nosotros no estamos ajenos a esta cuestión, por lo que la obra, debería poseer, pasajes en los cuales se interrelacione una particularidad con la siguiente.
En el piano es muy fácil de lograr cuando se establecen acordes con la mano izquierda y melodía en la derecha, o una guitarra principal y otra que acompañe, o un violín principal y orquesta. Sin embargo, iremos profundizaremos un poco más esta técnica.
Se puede dividir la composición, improvisación, etc., en notas de “relleno” y notas importantes. Esto, muchas veces está marcado por las acentuaciones, sin embargo, no lo es todo.
Un ejemplo claro de esta cuestión seria el siguiente:
Ejecutar en la mano derecha (reemplácese por cualquier instrumento) un arpegio de acorde, mi-la-do en forma ascendente (de grave a agudo), en este caso, y contrariamente en la izquierda do-mi-la, de forma descendente. Veremos automáticamente como estas notas armonizan (do-mi, y la-la y mi-do, teniendo en cuenta ambas manos u instrumentos). Este patrón se puede complejizar con idas y venidas cuantas veces se quiera, sin embargo, me adentrare un poco más en esta técnica en el capítulo siguiente. Lo cierto es que una vez logrado este ejercicio, se puede comenzar a plantear una voz principal.
¿Cómo logramos esto?
En el momento que la mano derecha ejecuta do, puede reemplazarse como repetición por la nota re, luego por la nota mi, y así sucesivamente, hasta conformar una melodía.
En el siguiente paso, ya realizada dicha experiencia, se podrá ejecutar la nota re, como repetición, y luego la nota do, etc. Conformando así una nueva armonía. (mi-do, re-re, do-mi). En este caso, habrá dos voces sobresalientes conformando una relación entre sí mismas, además, se encuentran en los extremos del registro que estamos utilizando, lo que lograra un mayor efecto en el oyente. (Aclaración: conviene realizar los ejercicios en un registro medio del instrumento para evitar sonidos no deseados, como la famosa tercera en registro grave que suena disonante, ya aclarada capítulos atrás.)
Cabe aclarar que las técnicas aquí mencionadas pueden ser ampliadas tanto como lo desee el intérprete con infinitas posibilidades y de forma personal.
Esto nos lleva al siguiente paso, ¿y las notas de relleno?