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6. El entorno físico en el cual se realizará la experiencia


El entorno físico en el cual se realizará la experiencia

 

Generalmente es un punto el cual se descuida, el lugar físico donde se realizará la experiencia. Esto está bien estudiado por ejemplo en el cine, ya que se apagan las luces para centrar la atención en la pantalla donde se proyectará la película y se sumerge al espectador en un sistema de sonido envolvente para agudizar la experiencia, inclusive hasta el movimiento de butacas o la experimentación de la imagen en 3d puede hacer más deslumbrante el proceso.

En la música, sin embargo, muy pocas veces se tiene en cuenta este factor tan fundamental.

 

Una simple prueba que invito al lector a realizar para determinar la importancia del “clímax” o entorno y capacidad de conexión a su vez con sensaciones es ejecutar el instrumento de noche, con o sin velas encendidas, prender sahumerios o generar cierto clima agradable, algo que a la persona le genere introspección. Luego comenzar a ejecutar con los ojos cerrados prestando suma atención a las características del sonido y las sensaciones que le producen. Al mantener los ojos cerrados, el ejecutante deberá palpar el instrumento como se suele realizar generalmente mientras se está leyendo una partitura, sin embargo, notará que su oído se agudizará ya que estamos cerrando uno de los “5” sentidos. Recomiendo realizarlo asiduamente para ir conociéndose como ejecutante, pero también como oyente, es una experiencia doble que a su vez permitirá comenzar a entender qué es lo que siente o puede sentir una persona que escucha la obra que estamos realizando (obra no solo como interpretación sino también como improvisación).

 

No se deben buscar patrones específicos ni frustrarse si al comienzo cuesta o sienten que “no sale”. Es un proceso que lleva su tiempo como tal. Poco a poco comenzarán a entender que hay notas que le resultan cómodas que jamás las habían utilizado, progresiones de rítmicas, notas patrones que de tener los ojos abiertos probablemente jamás se les hubieran ocurrido.

 

Todo esto es bien conocido por los hindúes mediante el yoga ( La palabra yoga proviene del Sánscrito, significa unión, y se aplica mediante diversas técnicas como disciplina mental y física) y la conexión con uno mismo, sin embargo, si leemos diversas religiones, o experimentamos, todas llevan a la introspección y el autoconocimiento, esto es lo que se está planteando en este momento, el autoconocimiento para así poder conocer al oyente.

 

Por un lado, podría ejecutarse tranquilamente una obra de Bach con personas acostadas en el suelo con los ojos cerrados y solamente una pequeña luz para que el ejecutante lea la partitura o ni siquiera eso si ya la conoce de memoria. Podrían plantearse espacios de encuentros musicales donde simplemente se improvise con o sin oyentes, con varios músicos o uno solo, con diversos instrumentos, formas etc.

He podido comprobar esta experiencia en diversos talleres en los que he participado, que se puede agudizar los sentidos con ejercicios simples como el hecho de pedirle al público que se saluden entre sí con un abrazo, o cualquier ejercicio que se les ocurra para que permita notar su parte humana y reconocer la parte humana que se encuentra en el otro partícipe de la experiencia.

 

¡Frente a algo tan fuerte como suele ser esto para las personas que no están acostumbradas podrá sentirse llanto, miedo, vergüenza, o simplemente huir lo más rápido posible y pensar que son todos locos! Sin embargo, es normal, no todos son capaces de permitirse la libertad de experimentar la sensibilidad en la música o en la vida cotidiana. Muchas veces se utiliza la música y todos estos ejercicios en el teatro, en la expresión corporal, en ámbitos religiosos o espirituales, o también es utilizado de forma que genere miedo en los famosos “trencitos del terror” o películas de terror etc.

 

Lo importante es experimentar, ya que eso guiará a la persona a ser un ejecutante completamente distinto a medida que vaya profundizando en sí mismo.

Muchas veces esto desencadena algo positivo y genera realmente mucha emoción, aunque hay que tener cuidado porque muchas veces desencadena emociones no pensadas en las personas; ya que quizás una melodía le evoca la niñez, de donde proceden ciertos traumas y le genera un llanto incontrolable. Sin embargo, esto está fuera de nuestro alcance, ¿después de todo somos simples interpretes...no?

 

También se debe destacar que es sumamente importante tratar de controlar el espacio de la mejor manera posible y para esto les compartiré una anécdota:

Cuando era más joven pase un año estudiando y ejecutando un concierto de Mozart en el cual yo realizaba una reducción de cello, viola y violín para el piano y donde también se encontraban diversos músicos.

Se decidió estudiarlo de forma leída ya que duraba 30 minutos aproximadamente. El día que lo ejecutamos con público presente, una de las personas encargadas del lugar, sin mala intención, sino como un gesto de ayuda, sintió que hacía calor y prendió los ventiladores, por lo cual cuando íbamos a la mitad del concierto se volaron todas las hojas. Conozco un violinista que se encontraba ejecutando una obra de música académica y una bala perdida (un arma disparada al aire por una persona bastante inconsciente que cae donde cae, puede ser kilómetros más lejos) le destrozó el violín en pleno acto.

Un ejemplo claro de cómo lograr cierto impacto en el espectador, en la medida de lo posible, sería establecer ciertos parlantes distribuidos (no necesariamente muchos, y hasta pueden ser básicos) en distintas esquinas y ángulos donde se ubicarán los oyentes.  Luego, al ingresar las personas, se apagarían todas las luces. Todo esto requiere preparación previa, inclusive los instrumentos de los músicos en el escenario. Luego, se podrán reproducir sonidos suaves o extraños a través de los parlantes y finalmente culminar con un impacto directo. Este impacto directo se podrá realizar con el encendido de reflectores de color rojo (o color fuerte) hacia el grupo de intérpretes y ejecutar alguna composición impactante, ya sea comenzar con una estruendosa distorsión de guitarra eléctrica batería, bajo y teclados, o con alguna obra conocida y ansiada por los espectadores. Esto debe ser coordinado para que al momento que suene la música realizada por todos los intérpretes, se prendan las luces en el escenario. Sin embargo, este tipo de cuestiones, inclusive el dejar las luces apagadas por cierto tiempo, puede generar tal impacto en la persona que puede tener un resultado no esperable.

No todo se puede tener controlado en la vida, pero se debe n tratar de tener en cuenta las posibles reacciones positivas o negativas y los inconvenientes posibles que puedan surgir sin caer en el puro nerviosismo, porque el oyente como ser humano esto también lo va a percibir.

 

Por último, al tratar con la emoción de las personas inclusive propias se debe poseer mucha contención y respeto.


 

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