El discurso frente a las notas, y viceversa
Generalmente existe cierto énfasis en tocar las notas correctas, mas no se puede apreciar siempre un discurso bien definido.
Somos seres humanos, nos equivocamos, es natural.
Al principio es correcto tratar de ejecutar la obra tal cual es, y primero vienen las notas, luego el discurso, esto esta culturalmente establecido.
Sin embargo, desde mi punto de vista personal, las notas simplemente son un medio, un simbolismo, así como son las palabras, sin embargo, casi, carecen de sentido cuando se ejecutan de forma arbitraria y esto es lo que se suele llamar “parece un robot” “no me transmite nada a comparación con tal interprete”.
Yo hago énfasis, en que, en un comienzo, se debe por lo menos lograr ejecutar cierta semifrase, para luego agregar o interpretar (con todo lo que esto implica y venimos desarrollando a través de todo este libro).
Muchas veces, se prioriza tanto las notas y vuelvo a recalcar esto, que se olvida la experiencia en sí misma y la sintonía. En un comienzo está bien, pero invito al lector a comenzar a aplicar todo este desarrollo lingüístico técnico practico que vengo explicando de forma inmediata al ejecutar.
A medida que se va realizando la introspección musical ya se puede aplicar, ya que si bien son cuestiones que requieren de cierta maduración, ¡no es necesario sacar una obra completa para utilizar dinámicas de volumen! Por ejemplo.
Mis alumnos, inclusive yo mismo, suelo equivocarme de forma natural al ejecutar cierta parte en una obra, inclusive los grandes pianistas, no es la muerte de nadie.
Sin embargo, la persona que realmente se encuentra abierta a la experiencia en si misma tomara diversos datos a modo de sensaciones que van quedando impregnadas en la persona. Estas sensaciones y huellas no pertenecen solo a las notas, y es importante entender esto, son un medio y una herramienta frente a tantas otras expuestas.